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En memoria de Isabel Lara Madueño

(9 de octubre de 1963 – 17 de octubre de 2024)

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Doña Isabel Lara Madueño fue antigua alumna y profesora de Lengua Castellana y Literatura en el IES López Neyra, donde trabajó desde 2006 hasta su jubilación en 2023. Su historia personal y profesional está profundamente unida al centro durante más de dos décadas.

Su vocación por la enseñanza marcó su trayectoria: fue profesora, tutora, jefa de departamento de Lengua y miembro del equipo de biblioteca desde sus inicios. Cercana, servicial, empática y cariñosa, Isabel fue una compañera muy querida, una educadora entregada y una presencia luminosa en la vida del instituto. Siempre dispuesta a dar lo mejor de sí y con una sonrisa, trabajó incansablemente por el bienestar del centro y de sus alumnos.

Su carácter sencillo y humano, su espíritu luchador y sus firmes creencias la acompañaron hasta el final, dejando una huella imborrable entre quienes tuvimos la suerte de compartir camino con ella.

Carta de sus compañeras de departamento más cercanas


Querida Isabel:

Estos días nos hemos juntado a ratitos, esos que son tan difíciles de conseguir cuando vamos de clase en clase y apenas nos cruzamos por los pasillos. Nos hemos sentado en el departamento, alrededor de tu sitio, para recordarte… y en cada recuerdo, siempre aparecía tu sonrisa.


Al hablar de ti, hemos redescubierto cuánto significó este centro para ti. El López Neyra fue mucho más que un trabajo: fueron 20 años de tu vida. Primero como estudiante, y luego como profesora, entregada por completo a tu vocación. Porque para ti enseñar no era solo dar clase: era una ilusión que se renovaba cada curso, una pasión que nunca se apagó.
 

Tú enseñaste y aprendiste cada día. Nos aconsejaste y aceptaste nuestros consejos con humildad y cariño. Nos llamabas “tus niñas” y por eso te damos las gracias… Gracias por ese cariño inmenso que siempre nos ofreciste, por cuidarnos, por acompañarnos, por hacernos sentir importantes para ti.


Hoy tu nombre acompañará a cada alumno/a que entre en la biblioteca y cada vez que alguien cruce esa puerta, sabrá que allí vivió, enseñó y dejó una huella profunda Isabel, una mujer que amó enseñar y que nos enseñó a amar.

 


 

 

Tuyas siempre,

tus “niñas”

Momentos entrañables con nuestra Isabel (ver álbum)​

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